FUENTE
El Observador Mobile - El precio de la vulnerabilidad
m.elobservador.com.uy/.../el-precio-de-la-vulnerabilidad/Compartir
– El ingeniero agrónomo Walter Oyanthçabal, director de la Unidad de Proyectos Agropecuarios de Cambio Climático del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca ..
María Orfila @orfilamaria - 22.09.2012
Turismo y cambio climático
Los veraneantes ocupan cada centímetro de costa uruguaya sin advertir que la arena desaparece debajo de sus pies. Más temperatura, más precipitaciones (sobre todo entre octubre y febrero) y menos playas definen el futuro escenario climático de Uruguay. ¿Qué será del sector que hoy le disputa el privilegio al sector cárnico de ser la principal fuente de divisas del país?
El aumento de la temperatura favorecería el ingreso de turistas, pero sería contrarrestado por mayores precipitaciones estivales. Según el estudio de la Cepal, el panorama es ventajoso en las próximas décadas, pero luego se torna negativo por los efectos de la suba del nivel medio del mar.
El aumento del nivel del mar y de la erosión costera son efectos del cambio climático que ya han impactado. Cada año se esfuman hasta cuatro metros de playa en Neptunia, alrededor de 1 metro entre el balneario Solís y Playa Hermosa y 50 centímetros en Colonia.
El resultado es que las playas quedan inutilizables para los bañistas. Esto determinaría la pérdida de US$ 61 millones anuales en el escenario de mayor afectación.
Para contrarrestar el cambio climático, los expertos coinciden en que se debe diseñar y ejecutar un plan específico para al menos atenuar las posibles sequías e inundaciones, entre otros eventos extremos.
“La clave está en reducir la vulnerabilidad y en hacer nuestros sistemas productivos más resilientes”, apuntó Oyanthçabal. Instrumentos imprescindibles son el mejoramiento genético de plantas para resistencia al estrés hídrico, más reservorios de agua (en tajamares o represas) para la distribución en bebederos o para riego, reserva de forraje en pie, más reserva en fardos o silos, y no dejar el suelo desnudo, ya que las lluvias intensas tienen un alto poder corrosivo. Los productores también deben acceder a seguros para estos fenómenos. En cuestión de energía, más énfasis a las energías renovables y, entre casa, mejorar el aislamiento térmico. A medida que el cambio climático mete la cola, al país le queda solo una salida: los sistemas productivos deben adaptarse o morir en el intento.
Los veraneantes ocupan cada centímetro de costa uruguaya sin advertir que la arena desaparece debajo de sus pies. Más temperatura, más precipitaciones (sobre todo entre octubre y febrero) y menos playas definen el futuro escenario climático de Uruguay. ¿Qué será del sector que hoy le disputa el privilegio al sector cárnico de ser la principal fuente de divisas del país?
El aumento de la temperatura favorecería el ingreso de turistas, pero sería contrarrestado por mayores precipitaciones estivales. Según el estudio de la Cepal, el panorama es ventajoso en las próximas décadas, pero luego se torna negativo por los efectos de la suba del nivel medio del mar.
El aumento del nivel del mar y de la erosión costera son efectos del cambio climático que ya han impactado. Cada año se esfuman hasta cuatro metros de playa en Neptunia, alrededor de 1 metro entre el balneario Solís y Playa Hermosa y 50 centímetros en Colonia.
El resultado es que las playas quedan inutilizables para los bañistas. Esto determinaría la pérdida de US$ 61 millones anuales en el escenario de mayor afectación.
Para contrarrestar el cambio climático, los expertos coinciden en que se debe diseñar y ejecutar un plan específico para al menos atenuar las posibles sequías e inundaciones, entre otros eventos extremos.
“La clave está en reducir la vulnerabilidad y en hacer nuestros sistemas productivos más resilientes”, apuntó Oyanthçabal. Instrumentos imprescindibles son el mejoramiento genético de plantas para resistencia al estrés hídrico, más reservorios de agua (en tajamares o represas) para la distribución en bebederos o para riego, reserva de forraje en pie, más reserva en fardos o silos, y no dejar el suelo desnudo, ya que las lluvias intensas tienen un alto poder corrosivo. Los productores también deben acceder a seguros para estos fenómenos. En cuestión de energía, más énfasis a las energías renovables y, entre casa, mejorar el aislamiento térmico. A medida que el cambio climático mete la cola, al país le queda solo una salida: los sistemas productivos deben adaptarse o morir en el intento.